La resina para contrabajo ayuda a crear fricción y, al aplicarse a las cerdas del arco, permite que este agarre las cuerdas del contrabajo, haciéndolas vibrar con mayor claridad y control. Si un arco de contrabajo no se desliza con facilidad y no produce sonido o solo uno débil y delgado, significa que las cerdas del arco no tienen suficiente resina.
La resina para contrabajo se elabora calentando resina, una sustancia pegajosa que se extrae de ciertos árboles, generalmente pinos, abetos, alerces o píceas. Cada fabricante de resina tiene una fórmula especial para su mezcla. Cuando la resina se funde o se licúa, se cuela, se purifica y se vierte en moldes para enfriarla. Luego se alisa, se pule y se coloca en recipientes.